Según Wirth, esta carta es “el signo alquímico del cumplimiento de la Gran Obra”. En sustancia, El Colgado sería el iniciado a los misterios masónicos, con el cuerpo completamente inactivo porque su alma se ha liberado temporalmente, mientras que los dos árboles laterales serían las columnas del templo masónico. La viga horizontal representa la luz espiritual que lo sostiene, es decir, “la religión de las almas bienaventuradas” a la que El Colgado se ha adherido no como un creyente ciego, sino como un sabio que ha comprendido la vanidad de las ambiciones materiales.
domingo, 26 de diciembre de 2010
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