El “Profeta de lo Eterno”, como era llamado El Ermitaño por los adeptos de la hermandad de la Golden Dawn y por el mismo Crowley, es la representación simbólica de la luz interior del sabio. Este alquimista del alma se mueve dentro de un océano de espigas de trigo, símbolo del alimento espiritual del que se dirige hacia la búsqueda del saber, y que alude a la comida concedida “virtualmente” a los iniciados durante la celebración de los misterios. Este viaje es “recreativo”, pero no está exento de peligros, como indica el infernal can Cerbero.
miércoles, 8 de diciembre de 2010
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