El arcano de la Fuerza nos remite al mito de Hércules y el León de Nemea, en el que el héroe estrangula al león (asociado con el elemento fuego) y se cubre con su piel. En esta epopeya, el león – fuego se asocia con el impulso instintivo, de modo que su encuentro con el semidiós es una alegoría de encuentro entre el espíritu del hombre y su sombra, la energía instintiva.
Pero si bien Hércules destruye al león, dada su energía masculina, la joven que aparece en el arcano de la Fuerza se impones sobre su adversario sin violencia alguna, en un acto de sublimación que transforma la energía de la líbido y la de los instintos en energía espiritual. Por tanto, este arcano nos habla de fuerza, pero no de una fuerza física, sino interior, espiritual o mental, capaz de someter a voluntad las pasiones e instintos del ser humano.
En consecuencia, este arcano representa al alma sometiendo a las indómitas fuerzas del instinto por medio de la voluntad y bajo el mandato del espíritu.
Pero si bien Hércules destruye al león, dada su energía masculina, la joven que aparece en el arcano de la Fuerza se impones sobre su adversario sin violencia alguna, en un acto de sublimación que transforma la energía de la líbido y la de los instintos en energía espiritual. Por tanto, este arcano nos habla de fuerza, pero no de una fuerza física, sino interior, espiritual o mental, capaz de someter a voluntad las pasiones e instintos del ser humano.
En consecuencia, este arcano representa al alma sometiendo a las indómitas fuerzas del instinto por medio de la voluntad y bajo el mandato del espíritu.
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