Una maga joven se yergue en el interior del círculo mágico, sobre cuya circunferencia se encuentran diversos instrumentos nigrománticos, como la clepsidra, la calavera y el cáliz para el ofertorio. Estos símbolos de las fuerzas espirituales y elementales de la naturaleza se relacionan con concepciones ocultistas características del siglo XVIII, impuestas por quienes revisaron la baraja de Etteilla. En la versión original de esta carta (que su autor marcó con el nº 8) aparecía Eva rodeada por una espiral de energía, símbolo del Paraíso.
jueves, 2 de septiembre de 2010
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