El símbolo de la lámpara en lugar del reloj de arena fue introducido en esta carta a finales del siglo XV. A partir de entonces, el “padre tiempo” se convierte en el “El Ermitaño”, en alusión a una de las anécdotas que se cuentan del filósofo griego Diógenes, del que se decía que solía pasearse buscando un hombre verdaderamente sabio mientras iluminaba sus pasos con una lámpara. Etteilla copió esta última figura, pero le atribuyó un significado y un número distintos, ya que afirmó que era la imagen de Judas y la llamó “El Traidor” (nº 18).
Nota: En la baraja que yo tengo concretamente viene el nombre de “Arrepentimiento”.
Nota: En la baraja que yo tengo concretamente viene el nombre de “Arrepentimiento”.
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