Este personaje, según Pitois, personifica la mesura que nace de la experiencia adquirida a lo largo de la vida. La lámpara encendida simboliza la luz de la inteligencia, que sondea el pasado, el presente y el futuro; el bastón representa la circunspección que permite evitar los peligros y presentir las traiciones. “Un guijarro –escribió Pitois- puede estropear el carro de un maestro del mundo. Recuerda que si la palabra es de plata, el silencio es de oro”.
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