El esoterista J.B. Pitois concibió esta figura como la del dios egipcio Osiris en su carro; en efecto, es el ojo de Osiris el que aparece bajo el baldaquín como símbolo de la luz de la razón victoriosa sobre la ignorancia. El cetro que empuña en la mano izquierda aparece rematado por un cuadrado, símbolo de la materia, un círculo, que alude a la eternidad, y un triángulo, representación de la perfección espiritual. Las esfinges, que personifican el bien y el mal, son, según Pitois, las servidoras del mago, que ha triunfado en las pruebas iniciáticas.
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