La carta ideada por Crowley representa los misterios de la vida y de la muerte contenidos en el “valle misterioso” del cuerpo femenino. La alusión sexual se pone claramente de manifiesto por las gotas de sangre que caen por el orificio celeste, al tiempo que el escarabajo solar dirige la “ovulación”.
La figura se divide en dos partes, una oscura y otra luminosa, ambas regidas por ondas que representan los ciclos naturales. Todo ello refleja la ambivalencia de las prácticas mágicas relacionadas con esta carta, llamada esotéricamente “La Soberana del flujo y del reflujo”.
La figura se divide en dos partes, una oscura y otra luminosa, ambas regidas por ondas que representan los ciclos naturales. Todo ello refleja la ambivalencia de las prácticas mágicas relacionadas con esta carta, llamada esotéricamente “La Soberana del flujo y del reflujo”.
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