Como en el Tarot de Marsella, en el Egipcio aparece una muchacha que cierra con sus manos, sin esfuerzo, las fauces de un león. Según Pitois, esta carta representa la fuerza espiritual, moral y física que nace de la fe en uno mismo y de la inocencia de las propias acciones. Este ocultista y erudito afirmaba que cualquier obstáculo es un fantasma, y que para superarlo es necesario hacer callar la debilidad del corazón. Además, es esencial estudiar el deber “que es la regla del Derecho”, y practicar la justicia con amor.
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