Meditación
La meditación es una de las formas de trabajo más conocidas, ya que se practica en diversas disciplinas de carácter espiritual. Sin embargo, al mismo tiempo es una de las peor interpretadas, ya que suele confundirse con lo que se denomina “meditación guiada” o “visualización creativa”.
El proceso de meditación propiamente dicho se inicia de igual modo que en las anteriores formas de trabajo que hemos descrito, es decir, proyectando la mente en el interior del arcano del Tarot. Una vez allí, se trata de observar todo cuando acontezca sin establecer identificación alguna con la escena ni con los personajes que aparezcan, manteniendo una actitud de absoluta impasibilidad. Poco a poco, al no prestar apoyo consciente a su apariencia, la meditación provocará que la imagen arquetípica y simbólica del arcano vaya perdiendo sus colores, sus formas, su volumen e incluso sus cualidades. De este modo, seremos capaces de proyectarnos a sus mismos orígenes, trascendiendo cualquier significado pluralista y llevándonos a experimentar la comprensión de que el meditador, el símbolo y el tiempo de la meditación son una sola y única cosa. Así se produce la fusión con el Todo y la comprensión última con ese todo, que equivale a lo que los místicos llaman “iluminación”.
La meditación es una de las formas de trabajo más conocidas, ya que se practica en diversas disciplinas de carácter espiritual. Sin embargo, al mismo tiempo es una de las peor interpretadas, ya que suele confundirse con lo que se denomina “meditación guiada” o “visualización creativa”.
El proceso de meditación propiamente dicho se inicia de igual modo que en las anteriores formas de trabajo que hemos descrito, es decir, proyectando la mente en el interior del arcano del Tarot. Una vez allí, se trata de observar todo cuando acontezca sin establecer identificación alguna con la escena ni con los personajes que aparezcan, manteniendo una actitud de absoluta impasibilidad. Poco a poco, al no prestar apoyo consciente a su apariencia, la meditación provocará que la imagen arquetípica y simbólica del arcano vaya perdiendo sus colores, sus formas, su volumen e incluso sus cualidades. De este modo, seremos capaces de proyectarnos a sus mismos orígenes, trascendiendo cualquier significado pluralista y llevándonos a experimentar la comprensión de que el meditador, el símbolo y el tiempo de la meditación son una sola y única cosa. Así se produce la fusión con el Todo y la comprensión última con ese todo, que equivale a lo que los místicos llaman “iluminación”.
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