“Un ciego que porta unas cargadas alforjas está a punto de chocar contra un obelisco derrumbado sobre el suelo, junto al cual acecha un cocodrilo con las fauces abiertas”. Así describió Pitois la carta 0, a la que llamó “El Cocodrilo” y “La Expiación”. El ciego, que en la versión moderna tiene los ojos abiertos, representa al hombre esclavo de la materia; de ahí el simbolismo de las alforjas, llenas con los errores del hombre, y del obelisco, que representa la ruina de sus obras. El cocodrilo representa la expiación.
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