Éste es un arcano de simbología ambivalente, ya que el hecho de no llevar número le permite aparecer tanto al principio como al final de la serie del Tarot. Ello es indicativo de su principal característica, la libertad más allá de cualquier orden establecido y el hombre fuera del tiempo. El Loco representa al eterno peregrino, el iniciado que recorre las experiencias de todos los demás arcanos en busca de la verdad y el conocimiento.
Cuando se presenta al principio de la serie de los arcanos (y por tanto con el número 0), simboliza a la persona que camina sin conciencia, indica la ambivalencia entre inocencia y error y representa la falta de madurez. Si, por el contrario, lo hace al final de la misma (con el número XXII), se manifiesta como el sabio – loco, el incomprendido feliz que no pretende demostrar nada y que ha completado su periplo, quedando libre de las ataduras del mundo. Esotéricamente, El Loco es la representación de lo divino y lo infinito, la chispa del espíritu que nos impulsa hacia delante en busca de lo absoluto.
Cuando se presenta al principio de la serie de los arcanos (y por tanto con el número 0), simboliza a la persona que camina sin conciencia, indica la ambivalencia entre inocencia y error y representa la falta de madurez. Si, por el contrario, lo hace al final de la misma (con el número XXII), se manifiesta como el sabio – loco, el incomprendido feliz que no pretende demostrar nada y que ha completado su periplo, quedando libre de las ataduras del mundo. Esotéricamente, El Loco es la representación de lo divino y lo infinito, la chispa del espíritu que nos impulsa hacia delante en busca de lo absoluto.
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