XI – La Fuerza:
El Héroe ha aprendido lo difícil que es mantener el equilibrio dentro de la dualidad humana. Y se da cuenta de la necesidad de controlar su pasión animal y, en este momento, establecer una alianza entre su vida instintiva y espiritual. Así logra dominar sus pasiones sin lucha, de manera sutil y auto consciente. La verdadera Fuerza.
El Héroe ha aprendido lo difícil que es mantener el equilibrio dentro de la dualidad humana. Y se da cuenta de la necesidad de controlar su pasión animal y, en este momento, establecer una alianza entre su vida instintiva y espiritual. Así logra dominar sus pasiones sin lucha, de manera sutil y auto consciente. La verdadera Fuerza.
XII – El colgado:
El Ser aprende también que no todo es acción. A veces hay que saber detenerse. Redescubre los mundos internos y se vuelve hacia adentro, se serena, medita y aprende a esperar. Como El Colgado, un destello de revelación le hace ver las cosas de otra manera y es capaz de ir al revés de la gente, ya que ha llegado a entender nuevos paradigmas, como pionero, maestro silencioso. Muchas veces seremos tomados por “Locos”, y nuestro punto de vista será cuestionado.
XIII – La Muerte:
Transmutación. Este estado de iluminación conduce al Héroe a una transformación profunda. A La Muerte de viejas formas para renacer a una nueva y más amplia. Aprende a renacer con cada forma de muerte, y comprende que “La Muerte” es la otra cara de la vida.
XIIII – La templanza:
Superado este cambio se conecta con una radiante armonía y un efecto equilibrador que le da Templanza. “Se mezcla” con la energía universal y sabe que las experiencias extremas de la vida templan su naturaleza y lo hacen cada vez más dueño de su destino.
XV – El Diablo:
Pero el Héroe debe enfrentarse a sus apegos, al mundo de la apariencia. Descubre su propia sombra. Todos tenemos nuestro lado oscuro. El Diablo, muestra su pasión por lo material. Conoce el poder del ego y de las cadenas que lo atan: lujuria, deseo, miedo y materialismo. Al conocer la oscuridad podrá decidir permanecer en ella o buscar la luz.
XVI – La Torre:
Un rayo ilumina el cielo inesperadamente y destruye La Torre. Evento fuera de control, dirigido por la voluntad divina, que irrumpe y destruye las estructuras obsoletas e inútiles a nivel material, psicológico y emocional del Héroe. Esta destrucción, esta crisis, o la ruina, dan la oportunidad para recomenzar, liberarse y reconstruir. El rayo no ilumina por mucho tiempo y debe estar atento para ver cual es el nuevo camino.
XVII – La Estrella:
Una vez liberado el Héroe, que estaba atrapado en la Torre, como prisionero, comienza una nueva vida con esperanza representada por La Estrella. El Ser es guiado por su intuición, conectándose con la naturaleza y con el cosmos. Retoma el rumbo consciente del nuevo ciclo y, con el respaldo de todo lo ya aprendido, hace lo que tiene que hacer para reconstruir su existencia comenzando de nuevo.
XVIII – La Luna:
Es en realidad un eclipse, como el que el Héroe experimentará muchas veces a lo largo de su vida. Entiende que esta manifestación material y concreta es producto primero de la mente. Sabe que el universo es mental, que su vida, su cuerpo, sus aliados y enemigos, existen primero en su mente, y que son ideas que se materializan. “La Luna” se interpone entre el Sol y la Tierra. Es luz y sombra, que tiene momentos de lucidez, pero también es víctima de espejismos, proyecciones y autoengaño que lo confunden.
XVIIII – El Sol:
Y nuevamente sale El Sol, con su esplendor, y el Héroe ve claro, tanto su entorno como su yo verdadero, sus raíces. Nuevamente hay luz y la naturaleza irradia vida, entusiasmo y capacidad de compartir con otros la creación de una gran obra. Su luz irradia y da calor.
XX – El Juicio:
A este nivel del camino, el Héroe ha entendido que es uno con la creación y capta las señales que lo conducen a trascender lo mental y sus limitaciones: es el momento de El Juicio. Ya maduro, renace, es redimido, comprende y ama todo lo creado. Ya puede abandonar las ataduras del mundo de las apariencias y acceder a un plano superior, en un viaje de retorno a su origen divino.
XXI – El Mundo:
Ha llegado al final del camino. El Ser está autorrealizado, pleno, ya que ha vuelto a nacer al Amor y a la Vida. Todos hemos nacido del vientre de una madre; ahora el Héroe elige su nuevo nacimiento o su nueva vida. Todo se equilibra en armonía, como en una danza cósmica, y se cierra el ciclo completo de búsqueda, ya que ha alcanzado la satisfacción, conciencia plena de lo Absoluto.
Pero nada es permanente en el camino del Héroe (El Loco original). Pronto olvidará todo y retomará de nuevo el camino de búsqueda inconsciente, con iguales sucesos, renovando eventos y maestros. Así es como procede el ser humano a lo largo de sus encarnaciones con diferentes atuendos, olvidando lo aprendido y repitiendo lecciones; disponiéndose a iniciar un nuevo ciclo en este viaje interminable que lo llevará a niveles aún mayores de comprensión y realización, hasta que algún día se libere.
No hay comentarios:
Publicar un comentario